Escogemos cada
día qué palabras usamos para comunicarnos y coordinarnos con los demás. Al
final nuestra vida solo es y son palabras a las que tenemos bien educadas,
listas en nuestro vocabulario para salir a nuestro encuentro cuando las
necesitamos. Palabras medidas, estudiadas, locas, cuerdas, sensatas y hasta
controladas. Pero existen otras, juguetonas y caprichosas, que requieren de
mucho cuidado para lograr ser expresadas. Palabras agazapadas y menos
amaestradas y seguramente algo más de torpes, pero terriblemente genuinas. Y
las muy atrevidas y coquetas o provocadoras, pero solo son palabras. Sonidos
que toman vida al pronunciarse, pensamientos que se hacen realidad al
comunicarlos, proyectos y acuerdos que se hacen y transforman en presente al
compartir, unificando ideas.
Uniendo proyectos enlazando empresas, compartiendo potenciamos las
posibilidades y reforzamos el campo personal y profesional, logrando estar y
llegar y a los lugares y modalidades que nos podrían parecer imposibles en
solitario.
Y por medio de esas palabras logramos conseguir todo lo que en la vida nos proponemos.
Son a esas últimas palabras que se denominan pensamientos a las que quiero
rendir homenaje en este post porque son las palabras que hoy he aprendido con
el equipo de profesionales que reúnen nuestras empresas. Todas y cada una por
igual sin diferencias.
Palabras auténticas, que al decirlas nos dicen solas, que hablan más de
nosotros mismos que nuestras palabras más cuerdas y esperables. Palabras que,
aportan seguridad y firmeza, y cuando se sienten, son un pilar que realza la
confianza, – esas simples pero auténticas palabras expresan nuestras verdaderas
emociones, y a su misma vez las emociones que hemos de mimar y alentar para que
encuentren su espacio, como el resto de nuestras palabras.
Se puede contemplar y admirar un equipo por la riqueza y diversidad de sus
palabras, por la franqueza y sinceridad de las mismas.
Y hoy en este corto pero profundo escrito quiero agradecer el valor de mis
palabras a mis primogénitos que me brindaron la oportunidad de ser yo misma tal
como soy, con mis muchos defectos y virtudes que alguna tendré ¿digo yo? Y
hablando de palabras las que más me agradan son las palabras de Paz, el
entendimiento, las de reconciliación y porque no las le perdón que ahora esta
tan de moda, pero no me saldré del contexto del escrito y seguiré con las
palabras y el mundo empresarial.
Aunque en cada una me llevo y a su vez dejo de mi algo: no podría dejar atrás
las palabras tímidas, reservadas, las peleonas, las alentadoras, las palabras
sencillas. En definitiva, esas palabras vulnerables quizás más personales que
el equipo consigue decirse cuando llega a un clima de auténtica confianza.
que cada vez generan una nueva conversación en el equipo y generan
agradecimiento y seguridad, confianza, amistad y familiaridad en quien las
escucha. Palabras genuinas que generan más palabras genuinas. Esta es nuestra y
vuestra cosecha a día de hoy,
y tantas palabras y modalidades para decir: tan solo
– Que confiamos los unos en los otros.
– Que actuamos como pensamos.
– Que nos escuchamos sin juzgar.
– Que nos damos espacios para preguntarnos, cuidarnos y acompañarnos.
– Que nos recordamos que somos más y mejores juntos en lo que hacemos.
– Que nos ocupamos, y nos preocupamos por ser mejores y crecer
– Que nos recordamos cuál es nuestro círculo de influencia.
– Que juntos logramos aportar fuerza y seguridad a los proyectos
– Que juntos nos recordamos de que las empresas tienen vida propia
Por ello toda palabra es la madre de la vida y de la empresa, habla cuenta y comparte “creciendo juntos avanzar es fácil” en aquello que nos podría parecer en algún otro tiempo irreal, al unificar fuerzas, proyectos. Ideas pensamientos, esfuerzos y capacidades, hermanamos vidas y potenciamos nuestras empresas ofreciendo mejor calidad y servicio, logrando realizar nuestros sueños, Sigamos con esta fábrica de sueños, guiada desde las palabras.
Francis Falcón-04-10-2019
Coach de empresa.